“Que el alimento sea tu remedio y el remedio, tu alimento”
Este tip sigue siendo un consejo muy top a pesar de los siglos. Nos lo dejó es su legado Hipócrates, padre de la medicina.
¿Que pasa cuando cuidas tu piel desde el estómago?
Pues pasa que la alimentación optimiza la función barrera que tiene relación directa entre el desequilibrio del microbioma de nuestro aparato digestivo
(el ecosistema de microbacterias tanto buenas como malas que habitan nuestro intestino) y la piel.
¿Como influye lo que comemos en el estado de la piel?
La comida contiene nutrientes necesarios para combatir y eliminar las bacterias nocivas. Sin ellos, la piel se ve amenazada y se inflama. Necesitamos que nuestra dieta sea rica en antioxidantes, vitaminas, proteínas y grasas saludables para ayudar a la regeneración celular.
¿Hay algún alimento que deberíamos tomar a diario para mantener nuestra piel sana?
Sí, sobre todos aquellos alimentos que contienen cultivos activos vivos.
Las investigaciones demuestran que hay una conexión real entre una buena salud digestiva y la salud de la piel. La idea es que si nuestras digestiones son poco sanas o desequilibradas, se liberan toxinas en nuestro torrente sanguíneo que pueden causar inflamaciones en el organismo.
Las alteraciones en la flora intestinal y la consiguiente inflamación pueden causar hinchazón en la piel, sobre todo en aquellas con tendencia al acné, eccema o rosácea.
Añade a tu lista de imprescindibles diarios el yogur, el kefir y la kombucha, son muy ricos en probióticos.
Las grasas saludables y una composición nutricional antibacteriana mantienen a raya el acné y ayudan a mantener la hidratación. Necesitamos grasas, proteínas y vitaminas. La proteína ayuda a fortalecer las estructuras de colágeno y elastina en la piel mientras que las grasas mantienen la hidratación. Las verduras aportan hierro, ácidos grasos omega-4 y vitaminas A, B y E que fortalecen el sistema inmunitario. Los fitoquímicos y los folatos también ayudan a mantener la piel hidratada y sana.
Los frutos secos y las semillas son superalimentos que contienen omega-3, vitaminas A, B y E, grasas monoinsaturadas y antioxidantes. Gracias al gran contenido nutricional de los frutos secos y las semillas, la piel gana en hidratación, elasticidad, regeneración celular y protección contra los radicales libres.
Las frutas con mucha agua también son muy buenas para hidratar y proteger la piel. La mayoría de las frutas contienen altos niveles de vitaminas A y C poderosos antioxidantes que cargan la piel de nutrientes, promueven la producción de colágeno y ayudan a mantener la piel flexible y firme.
¿Que deberíamos dejar de comer o de beber?
La ingesta excesiva de sal y alcohol lleva a la retención de líquidos. Pueden generar falta de agua en el organismo y esta deshidratación se manifiesta en forma de ojeras, bolsas en los ojos e hinchazón en la cara.
¿Influye la dieta en problemas como el acné, la erupciones, eccema, rosácea, dermatitis seborreica y la psoriasis?
Sí. Las inflamaciones impiden la regulación natural del sistema inmunológico y esto puede dar lugar a erupciones. Un desequilibrio en la digestión contribuye a desencadenar inflamaciones y las células inflamadas colapsan la producción de colágeno, elastina y ácido hialurónico.
¿Cómo podemos sanar estas inflamaciones de manera natural a través de la dieta?
Consumiendo alimentos fermentados con cultivos activos vivos y evitando la ingesta diaria de frutas muy ácidas, dulces y comida basura. Hay que evitar los alimentos con altos niveles de MSG (glutamato), nitratos, aminas y salicilatos.
¿Cómo influye en nuestra piel el ejercicio físico?
Igual que ejercitamos el cuerpo, hay que ejercitar la piel. Combinando presión isométrica y vibraciones de baja frecuencia que activan el tejido y prepara la piel para absorber hasta en un 300% más los activos que le das. Así, tu sérum de ácido hialurónico, glicólico o retinol penetrará más y mejor para su máximo rendimiento.
Una dieta sana junto con el ejercicio y protocolos periódicos de tratamiento específico, mantienen la salud de la piel.
¡Revisa tus hábitos! Elimina e incluye lo que no necesitas.
Feliz día,
Rosa Cano