La piel en primavera

La piel en primavera

En primavera solemos exponer la piel al sol tras haber estado hibernando durante meses. Esta exposición debería ser gradual.
 
Tenemos que preparar la piel para la estación estival a fin de minimizar los daños que causa el sol.
 
La piel, es el órgano más extenso del cuerpo, nos protege contra el calor, contra las lesiones y contra las infecciones. Cuando se deteriora por falta de cuidados, también se empobrecen sus funciones de protección perdiendo la humedad y elasticidad. Bajo esas condiciones la piel se vuelve seca, áspera e incluso se agrieta, haciéndose más vulnerable a las condiciones externas y más propensa a la entrada de bacterias. ¡Ojo! en primavera es cuando más riesgos corre.
 
Exponerse de forma saludable para recibir la dosis de vitamina D necesaria, es infinitamente beneficioso pero es imprescindible que preparemos la piel tomando las precauciones pertinentes.  
Nuestra  piel debe llegar al verano en un estado óptimo para recibir sol y es necesario reforzarla y repararla durante toda la primavera antes de su exposición.
 
  CONSEJOS PARA PREPARAR LA PIEL ANTE LA EXPOSICIÓN SOLAR
 
  • ALIMENTACIÓN: Una máxima para estar sanos. Necesitaremos ingerir productos con gran cantidad de agua, y ricos en licopenos, betacarotenos y vitamina C, ya que aporta antioxidantes y protección frente a los radicales libres, ilumina la piel y unifica el tono. Por otro lado, la vitamina C también es reafirmante. Tiene la capacidad de aumentar la síntesis de colágeno, estimular las fibras que participan en su síntesis, para una piel más elástica. Los alimentos recomendables para preparar la piel antes de verano son, por ejemplo, frutas y verduras de color anaranjado como la zanahoria, la calabaza y el albaricoque; las verduras de hoja verde como las espinacas y el brócoli, o el calabacín, el melón o los espárragos y la naranja. Junto con la alimentación es importante la hidratación. Es importante recordar que no debemos esperar a tener sed para beber agua, conviene hacerlo de forma regular durante todo el día, aumentando la ingesta en las horas de calor intenso o cuando practicamos ejercicio. Beber mucha agua ayuda a tener una piel hidratada y repleta de salud.
  • EXFOLIACIÓN: La piel, tras pasar todo el invierno sin estar expuesta a la luz solar, necesita una puesta a punto a fin de eliminar impurezas y células muertas y mantenerla unificada en textura. Además, la exfoliación fortalece la dermis y la hace más resistente al sol, lo que favorece el bronceado. Esta exfoliación debe hacerse tanto en el rostro como en el cuerpo y su frecuencia debe ser regular ya que la renovación celular se da cada 28 días.
  • HIDRATACIÓN: De los múltiples cuidados de la piel, la hidratación es la más importante después de la higiene. Una correcta hidratación es necesaria durante todo el año y sobre todo en los meses de más calor. Pero justo después de una buena exfoliación, la piel está más receptiva y absorbe mucho mejor. Factores externos como cambios drásticos de temperatura, el viento y el sol entre otros hacen que el agua se evapore rápidamente de la piel, y provocan que se acelere el proceso de envejecimiento a la vez que aumenta significativamente el riesgo de presentar problemas como manchas e imperfecciones. Así que debemos prestar especial atención tanto a la hidratación interna como la externa.
  • PROTECCIÓN: Antes de exponer la piel al sol debemos protegerla correctamente. Es importante utilizar una protección solar con una elevada concentración de antioxidantes que frenen el daño celular causado por las radiaciones UVA Y UVB. Además, ésta protección ayudará a potenciar las defensas de la piel evitando el envejecimiento prematuro y reduciendo la aparición de manchas. Debemos hacer una buena criba con ayuda de un/a profesional para escoger los productos y el SFP adecuados para acondicionar y proteger correctamente.
Además la cosmética debe tener principios activos con propiedades antioxidantes, regeneradoras, calmantes, cicatrizantes y antiinflamatorias para prevenir y atenuar futuras lesiones en el tejido.
 
Feliz día,
Rosa Cano
Regresar al blog